Los autos eléctricos son llamados a ser los salvadores del cambio climático, ya que su uso masivo ayudará a reducir significativamente la emisión del dióxido de carbono (uno de los principales gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global). En la actualidad, marcas como Tesla, Volkswagen, Audi y BMW han creado automóviles eléctricos e híbridos, pero ¿este es un invento nuevo?

La historia del auto eléctrico data entre 1832 y 1839, cuando el empresario escocés Robert Anderson creó el primer carruaje eléctrico a batería. Sin embargo, no es hasta inicios 1900 que inicia su apogeo, cuando los autos eléctricos empezaron a venderse más que los de vapor y gasolina, pero debido a los avances y abaratamiento de los autos a combustible, aquellos dejaron de usarse masivamente.

¿Si ya existían hace 100 años los autos eléctricos porque usamos autos que consumen gasolina?

Nunca satisfecho parece el lema de la humanidad, además de ser el nombre del primer carro que superó los 100km/h; el “Jamais Contente” (Nunca satisfecho) fue creado por Camille Jenatzy y como podrán intuir, fue un carro eléctrico.

Todo parecía sospechar que los autos eléctricos eran la mejor opción de esa época, pero en realidad existía una competencia entre autos a vapor (que tenían más riesgo de explotar) y los autos que consumían gasolina (con un proceso más complejo en el motor). 

Al final, como ustedes saben, el auto que utiliza gasolina ganó y esto se dió a partir del Motorwagen de Mercedes Benz. El factor decisivo se dio en el uso de menor cantidad de ‘combustible’ para andar por mucho más tiempo. Esto era algo crucial y la gasolina, a diferencia de las baterías eléctricas, podía asumir ese reto. Las baterías de esos carros eléctricos deberían ser más grande que el propio carro para cumplir los mismos objetivos. 

El auto eléctrico del presente

Actualmente, existen más de 40 marcas en el mundo que fabrican autos eléctricos e híbridos (un motor de combustión interna y otro eléctrico alimentado por baterías adicionales). Asimismo, la demanda de estos sigue en aumento, especialmente en Europa de donde provienen la mayoría de fabricantes. La creación de este tipo de vehículos que no contaminen seguirá creciendo ya que existe el desafío de posicionar la industria automovilística europea, por otro lado, otro desafío es la reducción del 40% de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) para el 2030.

El cobalto, el nuevo oro del siglo XXI y la realidad de su extracción

Los autos eléctricos utilizan baterías de litio para su funcionamiento, estas poseen entre 15% – 40% de cobalto. Debido al alza en las ventas de autos eléctricos, es que actualmente la demanda de este metal se ha incrementado y continuará así, por ello se le ha denominado el oro azul. Se proyecta que para el 2030, su demanda se va a quintuplicar. De igual forma, su precio se incrementará, las estadísticas indican que el costo por tonelada métrica se ha cuadruplicado en los últimos dos años. Ante este contexto, existe la preocupación de que las reservas mundiales de este metal no sean suficientes, lo cual significaría un problema para el crecimiento de esta industria y para alcanzar los desafíos planteados en materia de cambio climático.



El país con la reserva más grande de este metal es el la República Democrática del Congo, a pesar de ello, es uno de los países más pobres del mundo. Según investigaciones realizadas por CNN y Amnistía Internacional, existen empresas mineras que realizan la extracción de manera industrial (Glencore y China Molybdenum), sin embargo, más de la cuarta parte de la actividad extractora de cobalto aún se realiza manualmente y es aquí donde se esconden oscuras realidades.

Entre 20 mil y 30 mil toneladas de cobalto salen cada año del Congo de manera ilegal. Si estas actividades no están regularizadas, menos lo están las condiciones laborales de los trabajadores que extraen el metal de manera artesanal, obviamente en condiciones infrahumanas, incluyendo situaciones de abuso infantil. En el siguiente vídeo realizado por CNN podrán conocer cómo se vive esta realidad en el Congo:

Los  creuseurs

Los “creuseurs” es como se les llama a los trabajadores de estas minas ilegales, luego de extraer el cobalto es llevado al río donde son lavadas y separadas de las piedras para posteriormente venderlas a intermediarios. Como se observa en el vídeo, los trabajadores no poseen indumentaria ni equipos para protegerse del polvo tóxico del cobalto, el cual podría producir enfermedades pulmonares. Pero este no es el único problema de salud que aqueja a estas personas, especialmente a los niños; los grandes sacos que contienen el tan preciado metal son muy pesados, lo que conlleva a problemas en la espalda, esto se agrava al saber que trabajan entre 10 a 12 horas al día en estas condiciones.

No hay duda que la masificación del auto eléctrico ayudará a mejorar la salud de nuestro planeta y también la calidad de vida del ser humano, pero muchas veces la innovación tecnológica trae consigo un costo social muy fuerte, especialmente en realidades de pobreza y de carencia de leyes claras que regulen estas actividades, como hemos visto en el caso del cobalto. ¿Qué deberían hacer las grandes empresas fabricantes de automóviles ante esta realidad? ¿Les debe importar de dónde provienen las insumos para la fabricación de sus productos? ¿Y qué del consumidor? La respuesta roza más lo ético y moral, aún hay mucho por solucionar.

Este es el video (reportaje) que hice al respecto. Conoce más info de innovación

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