¿El dinero nos da felicidad? Cuántos de nosotros nos podemos alegres cuando nos pagan a fin de mes. Es una sensación festejada por muchos y que levanta el ánimo. Por lo general, la mayoría intentará buscar en qué gastar el dinero; otros lo ahorrarán y las personas con familia invertirán ese dinero en sus hijos.

El dinero nos permite comer, dormir cómodamente, cuidar nuestra salud, aprender más y tener entretenimiento cuantas veces queramos. El dinero, ese papel de color verde, nos da poder, status y nos permite soñar despiertos.  Entonces, podríamos decir ¿que mientras más cosas tengo, como por ejemplo, más carros, más casas, más televisores más feliz puedo llegar a ser? La respuesta es obvia, NO. No serás más feliz con más dinero.

Una persona con menos comodidades que nosotros puede vivir mucho mejor, con amor, cariño y satisfacción. Muchas personas siguen la rueda al trabajo y se olvida la razón de vivir. ¿Si con más dinero no somos más felices por qué estamos obsesionados con esa idea de riqueza?

¿Vivimos para ser felices o para ser consumidores?

En el mundo donde vivimos estamos expuestos a un sinfín de ideas. La que siempre estamos expuestos es en consumir. Comprar cosas que al final no lo usaremos, o lo usaremos dos días o un mes. El consumismo es la tendencia de comprar sin algún sentido aparente.

No queremos ser extremistas, es evidente que el dinero si es importante en la vida. Nos da la estabilidad para crecer. Si le preguntamos a una persona que vive debajo de un puente nos va contar que no es feliz en absoluto. Pero una persona con un ingreso digno y que tiene comida todos los días, duerme en una cama cómoda; se puede decir que es realmente afortunado y por ello se debe estar feliz.

Otro gran factor es que nadie se da cuenta que podemos ser felices con poco ( lo básico). Ricardo Darín me hace comprender esto:

Ahora pueden decir que esto es idealista, pero no es del todo cierto. En Bután (sí, un país que casi nadie escucha hablar porque no sale en la televisión) tiene como la felicidad un pilar importante del país. Así como el Índice de Producto Bruto existe el Felicidad Nacional Bruta. Esto se va de la mano con el cuidado del medio ambiente.

Por ello existe una tendencia que se escucha de a pocos, la llamada Economía de la Felicidad. Sí, tener dinero es necesario y fundamental, poseer bienes materiales nos da gran estabilidad para nuestras familia; pero sin tener ese enfermizo gusto por poseer sin control.

Yo me quedo con una frase de Jefrrey D. Sachs :”La búsqueda demencial de ganancias empresariales nos está amenazando a todos. Sin duda, deberíamos respaldar el crecimiento económico y el desarrollo, pero solo en un contexto más amplio que promueva la sostenibilidad ambiental y los valores de la compasión y la honestidad que se necesitan para generar confianza social. La búsqueda de la felicidad no debería estar confinada al bello reino montañoso de Bután”.

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