Los DRONES o vehículos aéreos no tripulados (VANT en español o UAV en inglés) son aeronaves sin personal en su cabina que se controlan a distancia, o bien funcionan de forma automática. Estos aparatos de pequeñas dimensiones fueron creados originalmente para uso militar, sin embargo en la actualidad las posibilidades que se logran alcanzar con su uso son tan grandes como beneficiosas.
La reputación de los DRONES a nivel mundial no ha sido la mejor de todas, debido a la función para la que fueron creados: ámbito militar. Varios países como Estados Unidos los ha utilizado para llevar a cabo labores de espionaje y ataque en otras localidades, donde han causado decenas de muertos, muchos de ellos civiles inocentes que no tenían nada que ver en el conflicto.
Sin embargo, demostraremos una vez más que es el uso que se le da a una herramienta lo que la convierte en mala o buena. Expondremos aquí una serie de ejemplos con los cuales demostraremos que los DRONES no solo pueden causar destrucción, sino también traer grandes posibilidades de desarrollo.
En Costa Rica estos pequeños aparatos han colaborado inmensamente a mejorar el trabajo de los investigadores del volcán de Turrialba. Aquí, tres aeronaves no tripuladas son capaces de sobrevolar y controlar el peligroso cráter sin que los trabajadores corran peligro. Sus motores eléctricos pueden surcar las peligrosas y contaminadas corrientes que cubren el cono gracias a que “ingieren” poco aire. Además, están conectados con los satélites de la NASA para crear al momento los mapas de concentración y distribución de gases volcánicos.
Por otro lado, en España existen diferentes proyectos orientados a la lucha contra los incendios. La empresa española Nitrofirex ha desarrollado un proyecto con estos aparatos orientado a la extinción de incendios forestales. Una de las ventajas de este tipo de vehículos es que permiten operar por la noche, cuando los aviones de extinción con tripulación humana no pueden volar.
Machu Picchu, una de las maravillas del mundo, no ha quedado excluida de esta tecnología. Pequeños aviones no tripulados han ayudado a que un creciente número de arqueólogos en Perú produzca modelos tridimensionales de los lugares en los que trabajan, en lugar de los habituales mapas planos; y en días o semanas, en vez de meses o años.
Un adolescente uruguayo de dieciséis años creó su propio avión no tripulado para monitorear las tierras de su familia. A través de este vehículo vigila el ganado en el campo y controla que no ingresen intrusos a su propiedad. Esta idea sintoniza muy bien con una tendencia mundial, donde el agro se perfila como un campo fértil para el uso de esta tecnología.
Varios expertos en la materia argumentan que los DRONES podrían ser utilizados para entregar medicamentos y vacunas, establecer redes móviles de comunicación cuando ocurren desastres naturales, combatir la caza furtiva y proporcionar alertas tempranas de conflictos emergentes. Como vemos las posibilidades de desarrollo son muchas y en nuestras manos está poder hacerlas una realidad.